Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://janiceqvbe847365.thekatyblog.com/36904686/por-qué-zidane-le-dio-un-cabezazo-a-materazzi